Se ha aprobado la primera parte
de las reformas que en torno a la educación impulsa el gobierno actual. Más
allá de algunos detalles, se reunió la mayoría suficiente y sentimos que se
avanza hacia una situación de mayor justicia, creando las posibilidades de que
en esta nueva estructura las cosas mejores. Ahora habrá que ir a lo
fundamental: profesores y enseñanza. ¿Quiénes enseñan? ¿Qué enseñar? ¿Para qué
enseñar?
El diario EL MERCURIO, en su
comentario editorial echa de menos lo que llama “el rol moderador” que sería
propio de la Democracia Cristiana y dice que ese partido ha renunciado a ello.
MI pregunta es si acaso es ése el rol de la Democracia Cristiana en la sociedad
chilena. Quizás eso sería propio de un partido de centro que, sin ideología
propia, se pasea entre la izquierda y la derecha buscando un centro
equilibrado, con un poco de aquí y un poco de allá. Por cierto, si observamos
las conductas que ciertos dirigentes han querido imprimir en la Democracia
Cristiana, así parece ser. Para mi sorpresa, algunos destacados dirigentes han
asumido la creencia de que debe ser un partido de centro.
No sé qué pensaría EL MERCURIO de
la campaña y del gobierno de Eduardo Frei Montalva, que tenía como lema “Revolución
en libertad”. Esa actitud no era de moderación, sino por el contrario, una
iniciativa de gran significado en cuanto remover estructuras para fundar una
nueva sociedad. Y así fue que la derecha y el propio decano de la prensa
atacaron sin dar tregua a Frei y trataron de llevar al gobierno a retraerse en
el cumplimiento del programa y luego incluso intentaron un golpe de Estado que
fracasó, aún no se sabe por qué milagrosa intervención.
El papel de la DC no es ser
centro, sino vanguardia, al decir de las palabras tan claras y rotundas de
Jaime Castillo Velas, Tomic, el mismo Frei Montalva, Leighton. La función no es
moderar, sino impulsar los cambios y direccionarlos en una perspectiva
humanista y cristiana, en el sentido de valorar al ser humano como el centro de
las preocupaciones sociales, políticas y económicas.
En el caso de la reforma
educacional, lo que nos pareció faltante no fue un rol moderador, sino una
posición clara que hubiera inspirado los proyectos. La dirección de la DC se
satisfizo en un rol contestatario, en lugar de haber formulado proposiciones
globales, sólidas y argumentadas respecto de los temas. Un documento que,
basado en los acuerdos del congreso del PDC, hubiera propuesto temas,
orientaciones y soluciones concretas y que sirviera de marco referencial a los
diputados y a los senadores.
Moderar puede ser muy bueno a
veces, pero no siempre. Lo que debieran entender los actuales dirigentes es el
diálogo de Olafo con Chiripa: ¿Dime Olafo, es buena la moderación?... Si, si no
te extralimitas.
1 comentario:
Muy acertado, de acuerdo
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