viernes, marzo 27, 2015

COLUMNA DE RICARDO HORMAZÁBAL



EN EL MARCO DE LAS ELECCIONES DE LA DC, TRANSCRIBO ESTE TEXTO DE RICARDO:
Ante la tragedia que afecta a regiones del Norte y mantiene en riesgo e incertidumbre a numerosos compatriotas, solicitamos que la elección interna de la Democracia Cristiana fuera suspendida hasta que todo estuviese normalizado. Presentamos formalmente una solicitud en tal sentido y la Directiva Nacional la derivó a la Sala Electoral del Tribunal Supremo del Partido.
Nuestra concepción de la solidaridad por un lado y de la unidad de los actos democráticos por otro, nos inspiró para esta petición. Nos parece que es el momento de destinar los esfuerzos a tareas solidarias, atendido especialmente que la postergación de las elecciones por un par de semanas no afecta negativamente el proceso interno. Incluso lo favorece, puesto que permitiría a los militantes de las comunas afectadas participar en igualdad de derechos.
Las listas de Pizarro y Albornoz rechazaron este predicamento, sosteniendo que las cosas no revisten la gravedad que el país entero atribuye a los acontecimientos. El Tribunal, por mayoría de votos, resolvió suspender la elección sólo en algunas comunas, en un fallo que revela insensibilidad ante el dolor, incomprensión de la unidad de los actos eleccionarios y desaprensión frente a un clamor mayoritario de los militantes que prefieren concentrar sus esfuerzos en trabajar por los que sufren la desgracia. Dejar a estas comunas “para votar después” desvirtúa la esencia del acto eleccionario que debe ser único y simultáneo en todo el país. Desaprensivamente uno de los intervinientes manifestó que los votos de esa zonas son poquísimos y no alterarán el resultado.
En esta circunstancia, sin perjuicio de ejercer nuestro derecho de apelar de la resolución, llamamos a nuestros adherentes y a los militantes del Partido a redoblar esfuerzos en estos días y, junto con ayudar a los que sufren, trabajar por derrotar a quienes siempre anteponen sus intereses a los ideales y al espíritu propio de los demócratacristianos.  
El cambio que queremos en la DC es un camino largo que no se agota en esta elección, sino que continuará cualquiera que sea el resultado. Pero ahora, vayamos todos a votar: mientras más militantes voten mejoran las posibilidades de interrumpir la continuidad de un estilo de gobierno interno que ha desmovilizado al Partido, postergado a sus militantes, olvidado los principios doctrinarios y, en su actuar concreto, debilitado la ética propia de la Democracia Cristiana y de la actividad política en una sociedad democrática. Cuando las sombras de los rumores arrecian contra los políticos, cuando la imagen de los dirigentes se deteriora, cuando es necesario que los que están en los altos cargos demuestran su coherencia y consistencia, llamamos a los otros candidatos a ratificar que ninguno de los integrantes de sus listas está involucrado en los casos que la justicia investiga, como me atrevo a afirmarlo de quienes me acompañan.
En esta realidad, se hace más necesario y urgente renovar los cuadros directivos nacionales. Recordando que el voto es secreto y que ninguna presión cambiará eso, pedimos a los militantes su voto y su compromiso a trabajar por una Democracia Cristiana fuerte, unida, sólida en sus principios y consistente en sus comportamientos.
Es la hora del Renacer de la Esperanza, de rescatar el alma cristiana y el cuerpo popular de la Democracia Cristiana.

jueves, marzo 26, 2015

ENTRE LA INDIGNACIÓN Y LA ESPERANZA



Estamos en los días finales de una campaña a la Directiva Nacional del PDC, que ha sido breve, intensa y no exenta de dificultades.
Algunas personas nos han dicho, a la salida de las reuniones: “parece que ustedes están enojados”. Al oír eso, yo sonrío y digo: “No, camarada, estamos indignados”. ¿Por qué? Pues simplemente porque esa indignación ha nacido al ver lo que ha ido sucediendo en el PDC hace ya mucho tiempo, pero por sobre todo en los últimos diez años. Esa indignación nos decidió a levantar la voz en un momento en que las bases carecen de suficientes canales de expresión, no hay participación, los dirigentes hacen lo que quieren sin sentirse obligados a dar cuenta de sus hechos y de sus dichos. Escuchando el grito y los silencios de aquellos militantes que no pertenecen a la elite, que no están en las trenzas del poder y de las máquinas, que no gozan de prebendas ni posiciones de privilegio, que no son parientes de nadie importante, presentamos nuestras candidaturas. Dirigentes sindicales, empleados públicos, profesionales independientes, intelectuales, mujeres y hombres, jóvenes y mayores, formamos una lista que es expresión de los que estamos fuera de esos grupos exclusivos que han administrado, desde el Partido y el gobierno, el sistema económico, social y político creado por Pinochet.
Malas prácticas, nepotismo, camarillas, grupos cerrados, ineficiencia interna y política, vaguedad y desperfilamiento político, problemas de disciplina y alejamiento de la doctrina, desconocimiento de los acuerdos del V Congreso, oídos sordos al clamor de las bases. Queremos terminar con las malas prácticas y poner al Partido Demócrata Cristiano en su posición de vanguardia para construir una nueva sociedad.
No sólo nos mueve la indignación, sino también y por sobre todo, la ESPERANZA. Estamos convencidos de que es posible avanzar en la línea triple de recuperar la doctrina, la ética y el carácter popular del PDC. Queremos que el Partido inspire sus decisiones, sus proyectos y sus acciones en la doctrina de la Democracia Cristiana y las conductas de sus dirigentes y militantes se enmarquen en la ética cristiana. Queremos que el Partido vuelva a jugar, con la presencia y participación de sus militantes, un papel fundamental y determinante en las organizaciones de la sociedad, como fue durante décadas.
Levantamos nuestra lista antes de que las máquinas se pusieran de acuerdo en la suya. Porque queremos unidad del PDC en un marco de decisiones claras y posturas definidas. La unidad se hace en torno a las mayorías en la medida que sujeten su acción a los principios y respeten los acuerdos. El PDC no es una federación de grupos ni una alianza para tomar el poder. Tenemos ideas y es necesario que las plasmemos en proyectos de ley y en programas claros sobre las tareas políticas que es necesario llevar a cabo.
Es justamente lo que echamos de menos en el comportamiento de nuestros diputados y senadores, que han limitado su acción a ser contestatarios respecto de proyectos de otros, ya sea el gobierno o parlamentarios. No hay propuestas concretas respecto de temas centrales como la previsión, la salud, la educación, por solo nombrar tres aspectos. No hay intentos claros ni concretos por terminar con la absurda situación de empleados públicos recibiendo honorarios en abierta violación de la ley y de la justicia. No han existido proposiciones concretas para sustituir la constitución pinochetista. No dedican sus energías al trabajo propiamente parlamentario ni hay esfuerzos concretos por mostrar que no somos partidarios del capitalismo. Por el contrario, los parlamentarios y los dirigentes toman como postura un enfoque neo liberal muy alejado de los postulados de la DC.
Esos parlamentarios, todos buenas personas probablemente, quieren seguir a cargo del Partido, pese a que claramente han fracasado en su conducción. Nunca la ciudadanía ha estado tan alejada de los políticos, nunca tanto desprecio hacia ellos, nunca tan mala imagen de la tarea política propiamente tal. De esos son responsables los que han estado en esa labor, porque no han sido capaces de conducir el país y avanzar en soluciones para los problemas cruciales de los chilenos. Ellos han puesto en peligro la democracia y deben hacerse un lado. Han fracasado.
Tal como ahora, en 1973 escuchamos voces que nos decían que había que elegir entre la ética de la responsabilidad y la ética del testimonio, es decir, o mantenernos en una especie de tibio limbo (llamado eufemísticamente entonces “independencia crítica y activa”) o luchar por la defensa de los derechos humanos y el fin de la dictadura que se instalaba. Nosotros elegimos luchar, como miles de camaradas a lo largo y ancho del país. Hoy se invoca la misma disyuntiva weberiana, para decirnos que hay que agruparse en torno a las máquinas de poder para sostener los espacios actuales. Les respondemos igual: el testimonio y la responsabilidad van de la mano cuando la lucha es responsable y se respalda en la doctrina.
Hemos hablado de la necesidad de que el Partido recupere su posición de vanguardia, recogiendo la historia del PDC, la de los fundadores, la de aquellas generaciones de la revolución en libertad y las de la lucha contra la dictadura. Con esa historia y el pensamiento humanista queremos ir adelante en la construcción de una nueva manera de relacionarnos. El pensamiento de la DC tiene vigencia hoy día, con más claridad incluso que hace 50 años. Estamos por la construcción de una nueva manera de vivir, sustentados en la justicia, la fraternidad y la libertad. Las conductas de los militantes deben ajustarse a ese objetivo, tan querido por la mayoría de los chilenos.
Queremos que los chilenos recuperen la confianza en nosotros y para eso los militantes deben volver a participar, partiendo por votar en las elecciones. Eso nos ayudará a cambiar. Hemos visto demasiadas señales por parte de los actuales dirigentes en el sentido de no facilitar las cosas para que los 113 mil militantes vayan a votar. Prefieren que se repitan cifras en torno a los 22 mil. Su control es mayor. No abundaremos, pero mencionemos por ejemplo la fecha de la elección, los padrones entregados sin direcciones, la tardía determinación del reglamento de las votaciones, la tardía fijación de locales de votación, la negativa a hacer debates oficiales (y en los que ha habido no participa el candidato de la lista de continuidad).
Tenemos razones para estar indignados.
Pero cuando hablamos con los militantes, nos damos cuenta que tenemos razones para mantener esperanzas.
Los candidatos de nuestra lista 3 somos diversos. A unos no les gusta éste y a otros el de más allá. Por cierto. Lo que importa no es si gustan todos, porque eso no pasa en ninguna parte. Lo que importa es que nosotros hemos probado en nuestra acción, en nuestra vida, el compromiso con las ideas, pues vivimos como pensamos y hemos arriesgado la libertad y la vida cuando ha sido necesario. Lo que importa es que tenemos ideas y propuestas, que ustedes han conocido a través de nuestra folletería y nuestras acciones de campaña.
No queremos que el Partido siga siendo sólo contestatario ante las propuestas de los demás o que se contente con ser un administrador de un sistema que es contrario a nuestra doctrina. Nacimos para transformar la sociedad y no para administrar las injusticias. No queremos suavizar el capitalismo, sino sustituirlo.
Ha llegado la hora de las bases, de los militantes que no hemos estado en el poder.
Ha llegado la hora de exigir consistencia, coherencia, seriedad.
Es la hora de reclamar por conductas éticas y fortaleza institucional.
Es el momento de sentir que renace la esperanza desde la profunda indignación.
Vamos todos a votar, en la confianza de que el voto es secreto y constituye una eficaz arma para construir democracia.

domingo, marzo 08, 2015

EN EL DÍA DE LA MUJER



¿Qué puedo decir a las mujeres en este día de recuerdos y homenajes?
Sólo saludarlas, pues mi homenaje es día a día, en la tarea que estamos enfrentando para que la sociedad sea más justa, más solidaria, más fraterna.
Las mujeres representan la capacidad de gestar, cobijar, recibir, guiar a la sociedad y a las personas – cada una – por la ruta del entendimiento, con firmeza, serenidad y pasión.
Mientras los hombres embestimos, ellas acogen.
En este día no es solo rendir homenaje a mi madre – gran persona a la que debo tanto, en esta vida terrena y anteriores – y a mis hijas y nietas, mis hijas “adoptivas”, mis ahijadas y mis sobrinas, sino a las mujeres que he amado, a las que me han amado, a las que luchan incansablemente por construir espacios de paz y amor, a las que no renuncian a sus derechos, a las que aunque no tengan espacios especiales y protegidos, abren las rutas en una selva de tono masculino y agobiante.
He meditado sobre los proyectos de cuotas. Y pienso en tantas mujeres que se abrieron paso en la sociedad machista (también en la patriarcal) sin necesidad de esa “ayuda” o protección. Pero, en estos días, meditando sobre el conocimiento que he adquirido al trabajar con tantas mujeres a lo largo de mi vida, llego a la conclusión que la ley de cuotas es para proteger a los hombres de que no sean avasallados por la nueva fuerza.
El Mundo que viene no es ni de machistas ni de feministas: es el mundo de la integración, del respeto, del amor, del entendimiento.
Agradezco en este día a tantas mujeres, desde aquella bisabuela que vi tan poco hasta la que hoy acompaña mis desvelos y esperanzas, pasando por mis compañeras de lucha y tantas otras con la que compartiré los años que me restan.
Un poema para ellas:
Compañera

En el frío, tus ojos
en el miedo, tu abrazo
en la ansiedad, tus piernas

abierta tú, hermosa
esperando mi cuerpo
mi humedad,
la dureza interrogante.

Gracias, amada
por tu mano
ahora mismo

puesta aquí
en esta espalda mía

ahora, aquí
en esta hora de dudas
en esta mañana de chubascos
y dolores.

En la mesa dura
en la inmensidad pendiente,

toda tú, amada compañera.


Con todo mi amor