jueves, febrero 10, 2011

DESCUBRIENDO LOS ÁNGELES

Presentación de Jaime Hales al libro
DESCUBRIENDO A LOS ÁNGELES, una perspectiva sufí
Autor: Sheik Muhammad Hisham Kabbani


Dios bendiga a los presentes y a quienes desde las alturas nos acompañan.
Ningún hombre, cuando recibe un honor, puede asegurar que lo merece.
Ningún hombre, cuando recibe un honor, tiene derecho a sostener que NO lo merece.
Y aquí estoy, sentado ante ustedes, habiendo recibido el honor de presentar el libro “DESCUBRIENDO A LOS ÁNGELES, una perspectiva sufí”, cuyo autor es Sheik Muhammad Hisham Kabbani.
Cuando somos llamados a presentar un libro, debemos hablar del libro, pero siempre, todos o casi todos, caemos en la necesidad de hablar de las experiencias personales, quizás en un intento de compartir ciertos secretos que nos conmueven el alma.
Por eso me he preguntado en estos días: ¿Por qué a mí? ¿Por qué yo, Señor, recibo este honor? Y siento el viento de los ángeles soplando en mi entorno para decirme que no es por el honor, sino porque ya es hora de que haga lo que debo hacer y no siga esperando.
Los ángeles han sido un tema recurrente en mí y hasta he conducido programas de televisión que tratan del tema.
Mi fe en dios y mi convicción en la existencia y presencia de los ángeles en nuestra vida, es total e inconmovible.
Hace muchos años, creo que en 1967, un intelectual católico chileno, don Julio Philippi Izquierdo, daba una conferencia titulada “sobre ángeles y demonios”, en la que él se hacía una pregunta capital: “¿Qué ha pasado en nuestra sociedad occidental en la que hablar de ángeles es una rareza o algo casi esotérico?” Y luego expresaba su confianza en que eso sería superado, no sabía cómo, pero confiaba en que algo estaba pasando en el mundo que haría cambiar las cosas. Esa conferencia, hace unos pocos años fue editada como un libro y hoy es una obra obligada en las bibliotecas especializadas y se han agotado varias ediciones.
Porque la fe se ha reabierto y los espíritus, en estos 60 años últimos, se han expandido a aceptar los fundamentos de la fe y aun cuando muchas religiones están en retroceso o en crisis, no cabe duda que la espiritualidad y el deseo de construir un mundo que sea el reflejo de la voluntad del dios único, donde los seres humanos nos respetemos y nos amemos, están ocupando un lugar preponderante, y cada vez más.
Recurriendo a las palabras del Sheik Hisham, creemos que la bondad superará a la maldad en el mundo. Por lo tanto, nosotros – dice él en representación de su hermandad y digo yo sumándome a ello - esperamos que ocurran sucesos pacíficos y divinos que cambien la oscuridad de la violencia y la bajeza moral en la que mucha gente está viviendo; que reduzcan la ansiedad, la ira, el miedo y que eliminen las fuentes de conflicto entre los seres humanos.
Cuando, hace unos pocos meses, publiqué mi libro RENACER, algunos me imputaron exagerado optimismo. Cuando leo el libro de Sheik Hisham y sus palabras en los medios de comunicación, me digo: no estoy solo en el optimismo.
Vamos al libro.
Lo primero: estamos ante la obra de un escritor árabe. Eso se nota desde la primera a la última línea, por su hermosa combinación de hechos y metáforas, la voluptuosidad de las descripciones, los detalles, el valor de la belleza y de la naturaleza. No puedo evitar que me recuerda ese mágico libro de la cultura árabe llamado ALF LAYLA WA LAYLA, las mil noches y una noche. Las descripciones de los ambientes, de las vestimentas de los ángeles, las joyas mencionadas incesantemente, no por su valor económico sino por su belleza: oros, diamantes, perlas, rubíes. Y todo eso desplegándose en la inmensidad de la naturaleza vida, animales y plantas.
Música, colores, luces, vestimentas de diseños y colores variados, paisajes maravillosos.
Pero este escritor es un árabe del siglo XXI, que se refiere a las galaxias y a la magnitud del universo.
Segundo:
Es el libro de un escritor musulmán y por ello no cesa de hablar de dios, el único, el eterno, el conocedor de todo. Recordemos que el árabe es el idioma del islam.
Y el libro mismo es una alabanza extraordinaria a dios y a sus creaciones, el ser humano ciertamente y los ángeles que son su tema.
En el prefacio, Sachiko Murata dice que no se puede comprender el Islam sin los ángeles.
Todas las profundas convicciones del islam se derraman de modo maravilloso en los relatos, con una fe en dios que es difícil de encontrar en el común de los mortales.
Los ángeles – desde su mirada, que con humildad comparto - son mensajeros y actores de historias extraordinarias, algunas situadas en el terreno de lo intangible y difícil de acreditar, otras muy concretas y realistas. Todo ello nos lo relata el autor, con la profunda certeza de estar entregando un precioso material para el desarrollo interior de cada uno de nosotros.
Tercero: siendo un escritor árabe y musulmán, es, entonces, un escritor acogedor, generoso, respetuoso de los pensamientos ajenos.
Ciertos fanatismos contemporáneos, vigentes desde hace varios siglos, han intentado producir una imagen que vincula a los árabes y a los musulmanes a la intolerancia. Nada más lejano a la verdad que ello. Entre los musulmanes, tal como sucede entre evangélicos, católicos, mormones, testigos de Jehová, o cualquier otra religión, hay fanáticos intolerantes.
Pero, para el musulmán, el respeto por los demás es básico.
Nos ha dicho Sheik Hisham: “El Profeta Muhammad (la Paz y Bendiciones sean con él), solía reunirse con los líderes de todo tipo de religiones, y aún con aquellos que no creían. Al hacerlo, él buscaba encontrar los puntos en común y evitaba enfocarse en lo que nos divide. Él creía en dar la bienvenida a todos y nunca daba la espalda a nadie.”
Así fue que en la España musulmana y árabe, los de religión judía o cristiana tenían cabida, incluso en posiciones de relevancia. La contrapartida fue que en la España cristiana, se expulsó, castigó y eliminó a los musulmanes y a los judíos.
El Líbano, tierra tan dolida en estos años, ha sido siempre un espacio de pluralismo religioso. Ha dicho nuestro autor en una entrevista:
• “Tengo muchos buenos recuerdos de mi pueblo natal (Beirut) y de mi niñez hasta que completé la Universidad. Allí, vivíamos en una nación multicultural y multirreligiosa. Gente de diferentes religiones y orígenes culturales; judíos, cristianos, musulmanes y hasta ateos, se sentaban juntos a la misma mesa, y solíamos vivir en paz, en una atmósfera de comunidad basada en el respeto mutuo. Nunca mirábamos la religión que el otro profesaba, sino su comportamiento. Yo asistí a un preescolar francés y a una escuela primaria secular, y luego asistí a un colegio secundario evangélico (donde leíamos tanto la Biblia como el Corán). Finalmente, estudié en la Universidad Americana de Beirut. En todos esos años, nunca experimentamos el sectarismo. La guerra, que comenzó más tarde y envolvió a la nación, fue debido a influencias externas, que buscaban dividir a la gente por propósitos políticos. Aún después de todo ese derramamiento de sangre, los libaneses todavía disfrutan de una sociedad multisectaria y multirreligiosa.”
Cuando la tierra palestina estaba gobernada por musulmanes, todos los de religión judía encontraban allí refugio y protección. Dios quiera que ese respeto se recupere.
En este aspecto debo decir que me resultó emocionante – pues aunque tuve un abuelo musulmán, fui criado como cristiano católico y ortodoxo – observar en la atenta lectura que hice del libro, la forma respetuosa en que el autor se refiere a Jesús y a su madre, a los evangelios y a los discípulos. Sobre María, a quien llama madre del Mesías, tiene párrafos particularmente hermosos.
Cuarto: el autor del libro es sufí, opción tanto de cristianos como de musulmanes u otros creyentes en dios, el único.
El autor nos ha dicho en la entrevista citada, que el “sufismo puede ser explicado como un estado del ser. Es un llamado universal para unir a la gente con el fin de elevarnos espiritualmente, perfeccionar nuestro carácter, y traer plenitud a nuestras vidas. Es el medio por el cual eliminamos el vacío y la falta de objetivos.”
Sheik Hisham es el segundo en la Orden Naqshbandi, que él define como un camino Sufi, una congregación de individuos que se han dedicado a encontrar la Presencia de Dios en ellos. Este Camino revela la conexión con lo Divino, y al hacerlo, revela la conexión de cada ser humano con el prójimo, ya que todos nuestros orígenes son divinos. La Tradición Naqshbandi remonta sus raíces a la época del Profeta Muhammad (la Paz y Bendiciones sean con él), alcanzando al día de hoy, y siempre ha enseñado la excelencia moral y el sostén del alma.
Este es un libro completo en cuanto a la enorme cantidad de información que contiene, especialmente sobre las jerarquías, organizaciones y características de los ángeles.
Lo primero que hace es explicarnos quiénes son los ángeles.
Y luego desenvuelve tres capítulos: el pasado, el presente y el futuro.
Nos dice el autor en la parte más didáctica del libro que los ángeles son una señal de esperanza.
Por cierto, los ángeles existen y muchos de ellos han sido creados para el servicio de los humanos, con la tarea específica de enseñarnos y guiarnos hacia la sabiduría del señor dios único.
No quiero exagerar, pero casi cada día siento la presencia de los ángeles y conozco de numerosos casos extraordinarios en que ello ha sucedido. Son manifestaciones potentes, que rompen los esquemas de la vida habitual, pero que nos hacen descubrir nuevos sentidos para la existencia.
Casos como esos, los relata el autor, primero en el pasado y luego en el presente.
En el pasado, desde la creación misma y hasta el maravilloso viaje nocturno del profeta desde la Meca a Jerusalén, con el arcángel Gabriel y montando el Buraq, caballo con cabeza humana, escoltado por miles de ángeles.
En el presente, son casos vividos por el propio autor o que le fueron relatados por personas de su confianza. No se trata de muchos casos, sino de situaciones muy paradigmáticas que, son relatadas con el detalle propio de su pluma y con una delicadeza notable.
Este libro abre puertas, enseña y entretiene, nos hace gozar con la dulce sensualidad de las palabras y la elocuencia espléndida de las descripciones y de los contenidos.
Es mucho lo que nos da a conocer, sabiendo que siempre será mucho más lo que deberemos aprender.
Al leer este libro podremos fortalecer la fe y abrirnos a pedir la ayuda de los ángeles. También, disponer humildemente a recibir, sabiendo que los ángeles, expresión de la voluntad divina, nos ayudan a través de otros, a veces, muchas veces, desde los más pequeños, los débiles y los ignorantes.
Sheik Hisham nos dice que el sufismo enseña que la iluminación espiritual no es sólo para individuos, sino para la humanidad como un todo.
El código sufi proclama: “Acepta a todos, no critiques a nadie excepto a ti mismo, y busca la fuente de paz y realidad dentro de ti.” Esto es lo que a mí me falta.
Para lograrlo es necesario tomarse un “tiempo fuera”, en palabras del Sheik Hisham, lo que quiere decir darse la posibilidad de mirarse a sí mismo y sus relaciones con los otros a la luz de dios y sus ángeles.
Auto examinarnos, para ir superando las negatividades y dejando fluir lo bueno de nosotros
El autor nos ha dicho que debemos aprender a tomarnos este tiempo para la introspección, aunque sólo sean 10 minutos al día, si queremos sentir ese sentido de equilibrio y tranquilidad interior.
Nuestros ángeles nos ayudan en ello.
El profeta Muhammad, con el paz y la gloria, estuvo tres días refugiado en Gar Thur, escondido de sus enemigos, y en esta fecha, en la noche de un 7 de febrero, se levantó con destino a Medina, para iniciar su tarea. Ya era un hombre grande.
Para nosotros ha llegado la hora de callar y escuchar al maestro.


Para ver y bajar el video de la presentación:

En este link: http://islamicsupremecouncil.org/multimedia.html Busca el video que quieres bajar. SON LOS NÚMEROS 41,42 y 43 de una lista que aparece.