lunes, marzo 24, 2008

Calle Alejandro Hales Jamarne publicado por RICARDO SALVADOR EN BARCELONA

Calle Alejandro Hales Jamarne
Una pequeña vía para un gran chileno

Alejansdro Hales JamarneBarcelona (notimundo.es - Ricardo Salvador Casanovas).- El próximo día 6 de abril, por disposición del Parlamento chileno, la calle Eduardo Donoso de la capital de aquel país pasará a llamarse Alejandro Hales Jamarne, cumpliéndose así una sentida aspiración de aquellos miles de compatriotas que conocieron a ese político y diplomático chileno de origen palestino.

La calle que se le dedica es pequeña, pero por ser pequeña su nombre será asumido de inmediato por aquellos que deban circular por ella o simplemente busquen una dirección. Así lo explicaba el abogado, diplomático, político y escritor Jaime Hales Dib, hijo de Alejandro.

"Si rebautizan una de las grandes avenidas santiaguinas, la gente la seguirá llamando por el nombre original. Tú, por ejemplo, si le ponen a la Avda. Providencia Avda. Alejandro Hales, jamás te acostumbrarías a llamarla como no sea por el nombre con el que la has conocido de siempre. Por el contrario, añadió Jaime, una calle chica que lleva el nombre de alguien desconocido para todo el mundo, el cambio será automático".

Un hombre entrañable

Conocí a don Alejandro justamente a través de su hijo Jaime, con quien compartí el honor de publicar un modesto libro, Literatura de Gente Joven, que nos convirtió en los más jóvenes escritores iberoamericanos, un honor ya olvidado y Eduardo Frei Montalvaposiblemente superado, no así la entrañable amistad que más de cuarenta años después de que nuestro camino por el mundo nos separara seguimos manteniendo.

Con Jaime había hecho migas en el colegio en 1963, nada más llegar él a sus aulas. Entre otras cosas, aparte de su personalidad arrolladora, uno de sus orgullos era su padre Alejandro, que había sido ministro y embajador en Bolivia.

Dos años después, cuando ya nuestra amistad se había consolidado, siendo presidente de Chile Eduardo Frei Montalva, don Alejandro me llamó una noche a mí, que tenía quince años, para informarme que el jefe del Estado lo había nombrado ministro de Minería. Eso me dibujó inmediatamente la sensibilidad humana de ese hombre. Asimismo, esa misma noche me invitó a comer al día siguiente en un restaurante para celebrar los dos ese importante nombramiento, que le permitió poco después ser uno de los propulsores de la "chilenización" del cobre, la principal materia prima del estado chileno.

Alejandro Hales Jamarne nació en la sureña localidad chilena de Temuco un 22 de abril de 1923 y siendo abogado se dedicó a la política, a través de la cual, como militante del Partido Agrario Laborista, apoyó activamente la candidatura presidencial del ex dictador Carlos Ibáñez del Campo, un general del Ejército que se presentaba a los ojos de las grandes masas como el hombre necesario para poner orden en un Chile lastrado por la politiquería, el desempleo, la delincuencia y la inflación.

Ministro y embajador

General Carlos Ibáñez del CampoAupado a la primera magistratura con un enorme apoyo popular que rozó la mayoría absoluta, el anciano militar contó con el dirigente "Palista" a la sazón de 30 años, tanto como ministro de Agricultura y Minería, como embajador en La Paz, una misión difícil dado el perenne pedimento boliviano de contar con una salida al mar por territorio chileno.

Una vez que terminó la presidencia de Ibáñez que frustró las esperanzas de muchos de sus votantes al profundizarse los problemas acumulados en el sexenio anterior, el Partido Agrario Laborista de Hales pasó de ser una fuerza política importante a un pequeño partido sin más aspiraciones que no desaparecer. El mismo fin parecía ser el sino del joven político sureño.

El derecho fue su refugio, la justicia su religión, las ideas su razón y la honestidad su norte. No parecía desde luego un político habitual. Hubiera sido una lástima su desaparición del plano político.

Frei y Allende cara a cara tras el desmoronamiento de la derecha

En 1964 con Jorge Alessandri Rodríguez en las postrimerías de su presidencia a la que había llegado como hijo de un ex presidente (Arturo Alessandri Palma), con la esperanza de un tercio de los chilenos de que pudiera arreglar la situación casi anárquica heredada de González Videla e Ibáñez, con opiniones finales sobre su gestión tan diversas como la tendencia política de quien las emitiera, la jefatura del Estado se la disputaban el candidato de la derecha unida (Frente Democrático), Julio Durán Neumann, el socialista marxista Salvador Allende Gossens que se postulaba por tercera vez como candidato de las fuerzas de izquierda y Eduardo Frei Montalva, un carismático senador social cristiano que lo hacía por segunda vez y que tenía como en 1958, escasas probabilidades de triunfar. Sin embargo el favorito, Durán, renunció sorpresivamente a sus aspiraciones, cuando contra todo pronóstico, en un feudo tradicionalmente de la derecha, el candidato socialista a suceder a un diputado fallecido arrasó en unos comicios aislados. Durán no quiso comprender que el triunfo fue meramente emocional, pues el vencedor Oscar Naranjo era el hijo del diputado del mismo nombre, a reemplazar.

Salvador AllendeLa contienda se bipolarizó entre una izquierda de corte cristiano y otra de raíces marxistas. La primera ofrecía cambios en libertad y la otra cambios radicales. La suerte estaba echada.

Alejandro Hales y otros dirigentes del agónico Partido Agrario Laborista, refundado como Democracia Agrario Laborista, se volcaron con indisimulado entusiasmo por la Democracia Cristiana de Frei.

Frei ganó los comicios con el sesenta por ciento de los votos.

Jugando a la política

Con quince años, es decir sin derecho a voto y sin tenerlo además, aunque tuviera los 21, por ser extranjero, Jaime y don Alejandro me enrumbaron en dirección a su diezmada Democracia Agrario Laborista, a través de la cual y portando uno de sus entandartes, tuve la oportunidad de "expresar mi irrestricto apoyo" a Frei en una manifestación a favor del candidato un par de días antes de las elecciones, que por su magnitud ya auguraba quién sería el próximo presidente.

No me interesaba mayormente la política del país de acogida, pero me lo pasé bomba en esa demostración de poder popular, hasta el punto de que años después me especialicé en el campo del periodismo, como analista político, especialidad que abandoné al regresar a España. porque aquí te encuentras con diez analistas políticos en cada bar.

Don AlejandroFrei vuelve a llamar a Hales a la vida pública

Un año después del amplio triunfo de Eduardo Frei, el presidente llamó a Alejandro Hales a integrarse en su gabinete como titular de Minería.

Durante su gestión, le correspondió la inauguración de la refinería Ventanas de Enami (Empresa Nacional de Minería). En 1967 le tocó viajar a Zambia donde participó en la Reunión de Ministros de Minería que creó el Consejo Intergubernamental de Países Exportadores de Cobre, CIPEC.

Además como ya hemos citado le correspondió durante este período ser unos de los principales protagonistas de un hecho que marcó su vida: la "Chilenización" del Cobre.

El humor no le era ajeno

La yayaUn día don Alejandro fue a cenar a casa. Mi padre y mi madrastra que calificaban a Frei de "comunista" por sus políticas de corte social, hicieron la invitación especialmente por Jaime y por mí, aunque debo decir que sentían una gran admiración por el ministro, posiblemente uno de los más apreciados del régimen. La incógnita era la actitud que podría asumir mi abuela que desconocía que el invitado fuera el padre de su Jaimito, al que adoraba a pesar de que le habíamos hecho creer que era el nieto de Franco, a quien aborrecía.

En la intimidad la yaya justificaba su simpatía por el adolescente argumentando que "a cada demonio le sale un ángel"

La incógnita en relación a la actitud de la madre de mi padre, nacía del hecho de que era comunista convencida y anticlerical confesa y cada vez que se refería a Frei lo hacía afirmando "el hijo de puta ese de la sotana", refiriéndose al declarado y profundo catolicismo del primer mandatario.

Yo y Jaime ya habíamos puesto al tanto a don Alejandro sobre las peculiaridades de mi abuela.

Ese día, desconociendo que el ministro tenía sobradas referencias de su madre, mi padre le había prohibido expresamente hablar durante la cena. Así pasaron muchos minutos entre conversaciones intrascendentes y aburridas y don Alejandro me miraba y miraba a mi abuela y se sonreía con malicia, hasta que no aguantó más.

-Abuela, qué le parece el presidente Frei.

Temiéndose lo peor, mi padre se apresuró a aclararle a la yaya:

-Mama, don Alejandro es el ministro de Minería del Presidente Frei.

Y mi buena abuela, con las manos apretando con rabia un tenedor y la barbilla tiritando de la impotencia comenzó a decir.

-Oh. Es un buen hombre. Todos los católicos son buenos hombres...

Y terminó diciendo:

-...pero a ese maldito beato asqueroso que lo cuelguen por la nariz. (Una de las características físicas del ex presidente era su prominente nariz).

Mi padre y su mujer palidecieron abruptamente y mi abuela consciente de que había sido poco oportuna en sus apreciaciones, comenzó a preparar la retirada, pero don Alejandro, se levantó de su silla y con un "esa es la yaya que yo quería conocer", le dio un abrazo tan efectuoso, que la vieja se echó a llorar como una niña y desde entonces, Dios librara a quien hablara mal del presidente delante de mi abuela, porque, decía: "tiene que ser un buen hombre el que tiene un santo por ministro".

Patricio AylwinMás de veinte años después, la democracia le reclama como ministro.

En 1970 Frei le entregó el la banda presidencial al nuevo jefe del Ejecutivo, Salvador Allende, quien como es ampliamente conocido, fue desalojado tres años después en un cruento golpe de Estado por Pinochet, quien en 1990, tras perder un plebiscito a través del cual quería perpetuarse en el poder, entregó el mando al demócrata cristiano Patricio Aylwin el primer presidente democrático tras la dictadura.

Aylwin quiso y lo logró, contar con el concurso y la experiencia de Alejandro Hales.a quien le dio una vez más la responsabilidad de Minería. Como titular de la cartera le correspondió presidir Codelco (Corporación del Cobre) a través de la que impulsó las exploraciones del Yacimiento Mansa Mina, que desde 2005 y a manera de homenaje lleva su nombre: Yacimiento Alejandro Hales.

Al morir en 2001, le sobrevivieron su mujer, sus hijos Patricio, Jaime, Cecilia y Carmen Andrea y una pléyade creciente de nietos.

Una conversación con tintes de despedida

A finales del 99, gracias a un error del teleoperador de información internacional, mientras intentaba corroborar el número telefónico de Jaime, me encontré sorpresivamente hablando con don Alejandro.

Mina de Cobre de Chuquicamata, en el norte de Chile-¿Jaime?
-No. Soy su papá.
-¿Don Alejandro?
-¿Quién lo llama?
-Soy Ricardo Salvador, don Alejandro.

Su voz avejentada me inclinó a pensar que no me recordaría.

-¿Ricardo salvador? ¡Ricardo Salvador!
-Sí, don Alejandro. Soy amigo de Jaime.
-Puchas, Ricardo hombre. ¿Qué te habiai hecho?

No le respondí. No me dio tiempo.

-Oye, estoy muy emocionado de escucharte, Ricardo. ¡Cuánto tiempo!

Y no sé por qué, se puso a llorar.

Y yo también.

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