Falta poco, muy poco, para que en Chile gobierne por primera vez una mujer. Hoy, cuando es 8 de marzo, un amigo me decía que era la señal del fin de los tiempos. No cabe duda que es el principio del fin de ciertos tiempos, para que el mundo nuestro, tan opaco a veces, tan restringido y gris otras, se abra a una posibilidad diferente.
Lo que queremos es estilo distinto, actitudes, prioridades. Confieso que no espero grandes realizaciones de este gobierno, bastaría con que sea el inocio de estilos diferentes en el proceso de toma de decisiones y en la manera de establecer vínculos y comunicaciones entre los que dirigen la sociedad y entre éstos y el pueblo. Confío en que el pueblo volverá a llamarse pueblo y no gente, como dicen los que piensan en inglés. Espero que soplen brisas nuevas, aunque no sea huracanes. Prefiero la brisa otoñal que los vientos llenos de promesas que jamás podrán cumplirse.
El 11 de marzo se abre una nueva págna de la historia y se empezará a escribir con letra de mujer. Eso solo no cambia nada. Hay que poner un contenido.
¿Será también el momento para que por primera vez la machista DC elija a una mujer? Espero que sí, aunque confieso que hubiera preferido a Soledad Alvear al mando del Senado.
Falta poco para que se cierre una época y se abra otra.
El 12 de marzo será un día en que se osurecerá más temprano, pero eso será porque amanecerá antes. La luz de la mañana nos iluminará y nos daremos cuenta de que todo empieza a ser diferente.
Apuesto por eso.
miércoles, marzo 08, 2006
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2 comentarios:
Todo coincide el cambio de hora, de sexo, el lado femenino aflora,
la luna gobierna, el sol seá su reflejo, como siempre ha sido.
Las comas le cambian el sentido a las cosas ¿o no?
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