¿Qué quiere Bolivia? ¿Qué quieren los que gobiernan Bolivia?
La constante alegación por mar de Bolivia, argumentando que
es un país enclaustrado y por eso no logra desarrollarse, tiene vacíos. No sólo
porque muchos países que no tienen mar han logrado importante desarrollo, sino
que ese mar y sus territorios hasta la cordillera andina, fueron perdidos en
una guerra que Chile considera legítima.
Si lo que se persigue es acceso al mar, lo tiene en
condiciones espléndidas, sin necesidad de hacer inversiones, pues ellas han
sido solventadas por Chile: caminos, vías férreas, puertos, instalaciones
apropiadas.
Lo que se quiere es soberanía territorial. Eso implicaría ceder
o canjear territorio, lo que sólo podría ser en el extremo norte, ya que
cualquier otra localización cortaría en dos el territorio nacional, lo que no
parece aceptable.
Para que eso sea posible es necesaria la anuencia de Perú,
que debe aceptar la cesión de territorios que un día fueron suyos. Eso
significaría que Perú ya no tendría frontera con Chile y sí con Bolivia al sur,
además de al oriente. Dicen algunos analistas que eso no les conviene. Pero
además significaría que Perú debe renunciar a la recuperación de los
territorios que perdió en su guerra con Chile hace casi siglo y medio, lo que
no parece ser así en ningún ambiente de ese país.
El camino, más que demandar a Chile ante La Haya, debiera
ser demandar a Perú para que renuncie a ese derecho “a veto” conferido por el
tratado de 1929 y que afecta indirectamente a Bolivia. Y a esa demanda se
podría sumar Chile y entonces se solucionaría un problema de larga data. Estoy
seguro que en una solución de este tipo tendríamos a la mayoría de los chilenos,
salvo por cierto esos cabezas calientes que adoran el territorio y no quieren
modificar el actual mapa.
Pero Bolivia no hace eso. Entonces, ¿qué quiere Bolivia?
Porque sus gobernantes saben que el diálogo sólo podría llegar a una oferta
como la que se hizo en el encuentro Banzer-Pinochet cuando los dictadores
coincidieron, pero recibieron una negativa de Perú.
Da la impresión, a la luz de esta mirada, que lo que esos
gobernantes ansían es un salida en territorios que fueron bolivianos, cortando
en dos el territorio chileno. Y su discurso choca con la decisión de Chile de
no cortar su territorio. Saben, los bolivianos, que por el dialogo, jamás se
llegará a esa solución.
¿Qué quieren entonces?
¿Están preparando el ánimo para una guerra?
¿Quieren recuperar por la fuerza lo que ayer perdieron por
ese mismo modo?
Espero no sea así, porque lo que parece llevarnos a una
solución es el acercamiento vivo de los pueblos, que se entienden más
fácilmente que los militares o los gobernantes. Los pueblos de Chile, Perú y
Bolivia preceden a los países y sus nacionalidades hechas por los invasores
europeos. Estos tres pueblos representan una cierta unidad de cultura y
tradiciones, cuyos registros están en los territorios de cada uno. ¿No sería
hora de ir pensando en soluciones integradoras?
Eso nos daría caminos de paz duradera, pudiendo desactivar
parte de esas fuerzas militares que nos hacen gastar tanto y cuya acción bélica
solo traería tragedia. La integración puede ser un camino más eficaz, aunque
haya que crear territorios de administración tripartita o arriesgarnos a ser
vistos por el mundo – como somos en verdad – como tres pueblos iguales en lo
esencial.
La paz es una tarea posible, si hay voluntad para ello.
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