EN EL MARCO DE LAS ELECCIONES DE LA DC, TRANSCRIBO ESTE TEXTO DE RICARDO:
Ante la tragedia que afecta a
regiones del Norte y mantiene en riesgo e incertidumbre a numerosos
compatriotas, solicitamos que la elección interna de la Democracia Cristiana fuera
suspendida hasta que todo estuviese normalizado. Presentamos formalmente una
solicitud en tal sentido y la Directiva Nacional la derivó a la Sala Electoral
del Tribunal Supremo del Partido.
Nuestra concepción de la
solidaridad por un lado y de la unidad de los actos democráticos por otro, nos
inspiró para esta petición. Nos parece que es el momento de destinar los
esfuerzos a tareas solidarias, atendido especialmente que la postergación de
las elecciones por un par de semanas no afecta negativamente el proceso
interno. Incluso lo favorece, puesto que permitiría a los militantes de las
comunas afectadas participar en igualdad de derechos.
Las listas de Pizarro y Albornoz rechazaron
este predicamento, sosteniendo que las cosas no revisten la gravedad que el
país entero atribuye a los acontecimientos. El Tribunal, por mayoría de votos,
resolvió suspender la elección sólo en algunas comunas, en un fallo que revela
insensibilidad ante el dolor, incomprensión de la unidad de los actos
eleccionarios y desaprensión frente a un clamor mayoritario de los militantes
que prefieren concentrar sus esfuerzos en trabajar por los que sufren la
desgracia. Dejar a estas comunas “para votar después” desvirtúa la esencia del
acto eleccionario que debe ser único y simultáneo en todo el país.
Desaprensivamente uno de los intervinientes manifestó que los votos de esa
zonas son poquísimos y no alterarán el resultado.
En esta circunstancia, sin perjuicio de ejercer nuestro derecho de
apelar de la resolución, llamamos a nuestros adherentes y a los militantes del
Partido a redoblar esfuerzos en estos días y, junto con ayudar a los que
sufren, trabajar por derrotar a quienes siempre anteponen sus intereses a los
ideales y al espíritu propio de los demócratacristianos.
El cambio que queremos en la DC
es un camino largo que no se agota en esta elección, sino que continuará
cualquiera que sea el resultado. Pero ahora, vayamos todos a votar: mientras
más militantes voten mejoran las posibilidades de interrumpir la continuidad de
un estilo de gobierno interno que ha desmovilizado al Partido, postergado a sus
militantes, olvidado los principios doctrinarios y, en su actuar concreto,
debilitado la ética propia de la Democracia Cristiana y de la actividad política
en una sociedad democrática. Cuando las sombras de los rumores arrecian contra
los políticos, cuando la imagen de los dirigentes se deteriora, cuando es
necesario que los que están en los altos cargos demuestran su coherencia y
consistencia, llamamos a los otros candidatos a ratificar que ninguno de los
integrantes de sus listas está involucrado en los casos que la justicia
investiga, como me atrevo a afirmarlo de quienes me acompañan.
En esta realidad, se hace más
necesario y urgente renovar los cuadros directivos nacionales. Recordando que
el voto es secreto y que ninguna presión cambiará eso, pedimos a los militantes
su voto y su compromiso a trabajar por una Democracia Cristiana fuerte, unida,
sólida en sus principios y consistente en sus comportamientos.
Es la hora del Renacer de la Esperanza,
de rescatar el alma cristiana y el cuerpo popular de la Democracia Cristiana.
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