¿Qué puedo decir a las mujeres en este día de
recuerdos y homenajes?
Sólo saludarlas, pues mi homenaje es día a día,
en la tarea que estamos enfrentando para que la sociedad sea más justa, más
solidaria, más fraterna.
Las mujeres representan la capacidad de gestar,
cobijar, recibir, guiar a la sociedad y a las personas – cada una – por la ruta
del entendimiento, con firmeza, serenidad y pasión.
Mientras los hombres embestimos, ellas acogen.
En este día no es solo rendir homenaje a mi
madre – gran persona a la que debo tanto, en esta vida terrena y anteriores – y
a mis hijas y nietas, mis hijas “adoptivas”, mis ahijadas y mis sobrinas, sino
a las mujeres que he amado, a las que me han amado, a las que luchan
incansablemente por construir espacios de paz y amor, a las que no renuncian a
sus derechos, a las que aunque no tengan espacios especiales y protegidos,
abren las rutas en una selva de tono masculino y agobiante.
He meditado sobre los proyectos de cuotas. Y
pienso en tantas mujeres que se abrieron paso en la sociedad machista (también
en la patriarcal) sin necesidad de esa “ayuda” o protección. Pero, en estos
días, meditando sobre el conocimiento que he adquirido al trabajar con tantas
mujeres a lo largo de mi vida, llego a la conclusión que la ley de cuotas es
para proteger a los hombres de que no sean avasallados por la nueva fuerza.
El Mundo que viene no es ni de machistas ni de
feministas: es el mundo de la integración, del respeto, del amor, del
entendimiento.
Agradezco en este día a tantas mujeres, desde
aquella bisabuela que vi tan poco hasta la que hoy acompaña mis desvelos y
esperanzas, pasando por mis compañeras de lucha y tantas otras con la que
compartiré los años que me restan.
Un poema para ellas:
Compañera
En el frío, tus ojos
en el miedo, tu abrazo
en la ansiedad, tus piernas
abierta tú, hermosa
esperando mi cuerpo
mi humedad,
la dureza interrogante.
Gracias, amada
por tu mano
ahora mismo
puesta aquí
en esta espalda mía
ahora, aquí
en esta hora de dudas
en esta mañana de chubascos
y dolores.
En la mesa dura
en la inmensidad pendiente,
toda tú, amada compañera.
Con todo mi amor
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