Patricio Hales y
Ximena Rincón
(Por
qué apoyo a XR 3)
Jaime Hales
Patricio
Hales, mi hermano, ha anunciado que no volverá a postular a la diputación por
Recoleta e Independencia. Fundamenta su decisión en la necesidad de ser
coherente en cuanto a que es necesario hacer cambios en la política, que las
personas deben ser capaces de desempeñar diversos papeles en su acción pública,
especialmente en esta ápoca en que la crisis de las instituciones de la
relación de éstas con la ciudadanía ha llegado a niveles peligrosos. Cuando un
60% se resta de votar en las elecciones, cuando la JDC tiene 1200 militantes y
en la federación de la Universidad de Concepción vota el 12 por ciento de los
alumnos, cuando los partidos políticos y el congreso son pésimamente evaluados
y no hay instituciones que den confianza a los chilenos, parece un gesto
impúdico permanecer incólumes.
Entonces,
Patricio Hales renuncia a postular a otro período, pero no porque quiera dejar
la política, sino porque su consistencia ética le impide seguir en lo mismo
como si nada sucediera. Entonces él reformulará su propuesta, dice que tomará
mayores y diferentes contactos con la realidad social, probablemente para tejer
desde allí una nueva red que abra las puertas del mundo político.
Por
cierto que su gesto no basta: pero es un primer paso y tal vez haya otros que se
sientan motivados a abrir las puertas de la truncada relación entre los
políticos (clase política, se les llama) y el pueblo (ahora se les dice
“gente”).
Cambios
en el ordenamiento político y cambios de estilo, nuevas energías, nuevas
personas, nuevos planteamientos, nuevas voces.
Es
lo que nos propone Ximena Rincón: su convocatoria es a mirar la acción política
de otra manera, rescatando valores y estilos que tienen que ver con los
fundamentos de la democracia, ampliando la participación y recogiendo las
demandas del pueblo para articularlas con las decisiones técnicas y políticas
que deben tomarse.
Es
verdad que Patricio es partidario de Bachelet y no podría votar en las
primerias de la DC. Pero sus propuestas están muy cerca. Y eso es lo bueno, que
los ejemplos cundan, que los actos de renovación se puedan multiplicar y así
vamos construyendo una nueva esperanza.
Entonces
la alianza se irá fortaleciendo, la política se podrá recuperar y la sociedad
superará esta crisis, que es mucho mayor de todo lo que podríamos haber
imaginado.
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