Las tarea de Ximena Rincón[1]
La tarea de Ximena Rincón parece ser la de reencantar
a los ciudadanos con el quehacer político. Ella, desde su experiencia de tantos
años a pesar de su juventud, conoce de cerca la realidad nacional en un amplio
sentido. Abogado de profesión, dirigente estudiantil en su juventud, diversos
cargos en el ejecutivo, cercanía con la empresa privada en algún tiempo,
senadora joven por una zona difícil para un DC (y más aún UNA DC), ella se fue
abriendo paso en un mundo en el que los hombres no dejan muchas jugadas para
los que les pueden disputar espacios de los que se creen con derechos
especiales. La DC ha sido un partido en el que las mujeres tienen poco espacio
en los estamentos superiores, aunque sí mucho en el nivel de la base. Pero
Ximena fue pasando las barreras y si bien en eso debe haberla ayudado su matrimonio
con un avezado y mayor dirigente, no cabe duda que su éxito no se debe a esa
circunstancia sino a sus particulares méritos: inteligencia, asertividad,
persistencia, empatía, capacidad de lucha. Las inteligencia va de la mano con
la claridad para exponer y la asertividad y la empatía se enriquece}n con la
vehemencia.
Ximena Rincón es un proyecto nuevo: una mujer joven
que está en posiciones destacadas y que nutre con ideas y actitud un quehacer
político que parecía reservado para los mismos de siempre. Su candidatura ha
logrado despertar y encantar a muchos demócrata cristianos que, como yo mismo,
estaban alejados del quehacer político, pensando que ya era poco lo que se
podía hacer y que desde la renuncia de Soledad Alvear a la candidatura
presidencial el PDC había quedado entregado a los que se sienten príncipes
herederos de un pasado que añoran y que gozan de administrar, sólo administrar,
sin mucho contenido sustantivo más alá de mantener muchos elementos del actual
estado de cosas.
Entonces, algunos salimos del ostracismo y otros de la
sensación de derrota para seguir a esta figura
que emerge con claro liderazgo.
Y también ha venido a reencantar, a entusiasmar, a
convocar a muchos que están en el entorno de la DC, pero que se han quedado al
margen de la vida partidaria justamente porque no les gusta el ambiente que se
vive en el interior. Ellos, pueden volver a apostar por estilos diferentes y
formas concretas nuevas para resolver los problemas nacionales.
Y por eso la convocatoria es especialmente para los
jóvenes – de edad, por cierto pero asimismo de espíritu – para que se
comprometan generando ideas, propuestas y espacios comprometidos para armar en
Chile una democracia de verdad.
Su discurso se dirige a estos estamentos.
La DC necesita de una persona como ella.
Y Chile necesita una DC fuerte, convertida en
vanguardia como hace 50 años, para reflotar las esperanzas de una sociedad más
democrática, participativa, inclusiva y justa.
Santiago de Chile, 11 de diciembre de 2011
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