Me gusta la idea de que Adolfo (no Hitler) se defienda, porque siempre es más fácil decir que no se acepta la institucionalidad. Cuando alguien se defiende, reconoce el derecho de los otros a castigarlo. Eso habla bien de él.
Pero, espero que este Tribunal no sea un tribunal jurídico, que no lo es, sino político y resuelva las cosas con ese punto de vista.
Los partidos políticos no pueden resolver las cosas con justificaciones legalistas, sino con el objetivo central (declarado) de su organización. Nadie está obligado a pertenecer a ninguna institución de aquellas en las cuales se entra voluntariamente. Y si no se acatan los objetivos y métodos, entonces es mejor no pertenecer. Como sucedió con el cura de Puerto Montt que no aceptó mentir en un juicio criminal.
Sólo espero que haya discusión política y no enredos jurídicos, menos aun invocando preceptos constitucionales, de esa viciada constitución anti partidos.
Sólo espero polìtica alta de los polìticos, con reflexión y decisión.
miércoles, diciembre 05, 2007
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