martes, octubre 16, 2007

No nos engañemos

La prensa y algunos líderes políticos (algunas lideresas políticas, dirían ellas mismas) han popularizado el concepto de "femicidio", incluso pidiendo que se cree ese tipo penal específico.

Una vez más se pone el acento equivocado, no sólo por situar todo en el tema de la legislación, sino sobre todo por olvidar frente a qué estamos, al considerar que cuando una mujer es asesinada por su pareja (o anterior pareja) es un crimen contra "las mujeres".

La expresión "homicidio" define "la muerte de una persona causada por otra".
La expresión "parricidio" se refiere a "la muerte violenta provocada a los ascendientes, descendientes o cónyuge".
La expresión "uxoricidio" da nombre a "la muerte de la mujer causada por su marido".
¿Es necesario inventar el "femicidio"?
¿La muerte de la mujer por su pareja no cabe acaso en ninguno de los tipos anteriores?

El tema central de lo que hemos presenciado es otro: violencia de fundamento afectivo, en que quien mata es el mismo (la misma) que se supone que debiera cuidar y proteger. La mano que debió acariciar optó por dañar. Y esto es válido para hijos, nietos, cónyuges, padres ancianos y otros parientes dependientes.

La base conceptual está dada en algo muy parecido a las violaciones a los derechos humanos (quien debe cuidar a los ciudadanos viola sus derechos) y que llamamos violencia intrafamiliar y así debe ser tratado. Eso no necesita nuevas leyes, ya que si esa violencia causa resultados muy dañosos la legislación lo penaliza, incluso con agravantes por premeditación, uso desmedido de la fuerza, alevosía.

No es necesario legislar, sino formular políticas claras y acciones precisas al respecto. Es lo que un ciudadano (ciudadana) esperaría de SERNAM, organismo dedicado a este tipo de temas, por el hecho de que en la violencia intrafamiliar con resultado de muerte, ya se trate de homicidio, parricidio o uxoricidio la mayor parte de las víctimas son mujeres.

No sigamos confundiendo o jugando con palabras y enfrentemos los problemas donde están: en el desarrollo integral de las personas y sus relaciones de amor.

Y por eso, salgamos a la calle con cruces y banderas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Disculpa por lo de "anónimo", pero me da lata inscribirme en cada sitio dónde quiero opinar. Mi nombre es Cecilia y mi pregunta es: Cuándo, dónde y a qué hora nos juntamos a pedir por un alto a la violencia...

Anónimo dijo...

Jaime
Solo queda que nos juntemos todos en la Plaza Italia con pañuelos blancos a entregar nuestros testimonios y pedir UN ALTO A LA VIOLENCIA

Adriana dijo...

Hola Jaime, la palabra "femicidio" fue un término creado por los españoles, debido al alto porcentaje de muertes de mujeres de diversa condición (casadas, solteras, novias, pololas, etc) como si el término intentara ampliar el espectro de muerte que el "uxoricidio" no contempla, pues sólo alude a la muerte de mujeres casadas y asesinadas por sus respectivos cónyuges.
Por mi profesión (profesora de literatura y lenguaje), el término femicidio me había llamado la atención (no se solía hablar de otra cosa hace semanas!!) y, bueno, no aparece en el dicc. de la RAE, pero sí en la terminología judicial con esta amplitud conceptual de la que te hablo...

En fin, tienes razón, ¡es lo que menos importa! en el terreno donde miles de mujeres viven bajo efectos de la violencia (EN TODAS SUS MAGNITUDES Y BAJO HORROROSAS Y DENIGRANTES CIRCUNSTANCIAS)...
¡Qué más da si es femicidio o uxoricidio! Suena a: "desviemos la mirada"...Esto no es un juego de palabras, ni de interpretaciones ambiguas.
Nadie, pero nadie tiene el derecho de privar la vida a otro y menos buscarle explicaciones a estas conductas plagadas de crueldad y deshumanización como principal motor.
Gracias por tu escrito lo he valorado mucho...

Muchos cariños,
Adriana Oyanguren E.