Gran idea es hacer un Congreso Ideológico en un partido político. Eso permite poner al día las ideas centrales de cara a la realidad y formular un proyecto de futuro.
Confío en que la prensa ha hecho un mal e insuficiente resumen de lo que fue este evento de la Democracia Cristiana - al que no pude asistir pese a tener derecho - y espero con ansias los menos de 90 días en que se dará forma escrita a las conclusiones.
Visto de lejos, me queda sin embargo un sabor amargo cuando veo a dirigentes que encabezan fracciones hacer declaraciones sobre triunfadores y derrotados, que descalifican a priori las posturas de otros o que hablan de maniobras para imponer determinadas tesis. Si las maniobras existieron, es grave. Si no existieron, la denuncia falsa es aun peor.
Cuando un partido cree en la persona humana como eje central de su propuesta, no puede vivir en un clima de desconfianza, resquemor y malediciencia.
Confiemos.
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