Este rugido tiene que ver con un poco de rabia. Porque yo escribo mi artículo anhterior y al día siguiente Frei, mi candidato, da a conocer una propuesta para renovar la polìtica.
Muy bien, muy bien, pero...
Me irrita percibir la mano de esos publicistas polìticos que le meten ideas malas en el discurso.
¿Por qué 45 años?
¿Por qué el 50%?
Esas promesas absurdas - y lo digo a riesgo de estar de acuerdo con Flores - conducen a situaciones como las de Bachelet, cuyo gabinete ni es paritario en sexos ni pudo evitar repeticiones de plato.
Creo que esta idea rebaja la propuesta: esperamos ideas nueva, energías nuevas, pero no necesariamente edades determinadas.
Eso es lo que he dicho: se espera de los jóvenes eso, pero no es su edad simplemente lo que las determina, ya que muchas veces tenemos jóvenes que son viejos de espíritu y ancianos que, por su experiencia, mantienen la juventud.
Como mi amigo Toño Lara, que me reta en su comentario.
sábado, octubre 31, 2009
jueves, octubre 29, 2009
De la edad
UNA DE LAS COSAS que me gusta de Frei es su promesa de ser puente de generaciones. Esto significa que él, desde La Moneda, abrirá espacios para que las personas jóvenes ocupen espacios en puestos de gobierno.
La verdad es que eso es algo muy bueno, pero no porque sean jóvenes, sino porque de ellos se espera que tengan ideas nuevas, procedimientos y estilos diferentes, otras prioridades y que todo ello ayude a que las decisiones sobre políticas públicas sean cada vez mejores.
Pero este tema de la edad, cronológica y mental, no tiene un solo sentido, sino que debe ser analizado con ponderación. Porque hay funciones para las que se requiere no sólo conocimientos y cursos de posgrado, sino también ponderación, sabiduría y experiencia. Y eso se consigue generalmente entre personas mayores. Por supuesto que hay otros que creen que por ser mayores - no estoy pensando sólo en Valdés – tienen derecho a decir cualquier cosa, como si no tuvieran responsabilidades políticas que emanan justamente de sus trayectorias, de sus liderazgos y de la deuda contraída por ellos con el pueblo y el partido que los llevó a las posiciones de conducción y de poder. Hay personas que deben saber retirarse, a riesgo de dar espectáculos lamentables. Creo que el ejemplo de Reagan en Estados Unidos puede ser muy orientador.
Ministros jóvenes, con alguna experiencia y con mucha audacia. Genial. Subsecretarios algo menos jóvenes y con experiencia en el estado, pues deben administrar en su calidad de jefes de servicio. Genial. (Y por supuesto que los subsecretarios jamás subroguen a un Ministro, invento de la época militar propio de los regimientos pero no de la política).
Poder a “jóvenes ambiciosos” a cargo de organismos como el Consejo Superior de Educación, el Consejo para la Transparencia, el Tribunal Constitucional o la Contraloría es un error gravísimo, pues en esos organismos se necesita ponderación, prudencia, sapiencia, inteligencia y experiencia. Los hechos actuales demuestran que estas personas que hoy ejercen esos cargos no han tenido ninguna de esas características, salvo inteligencia, ocasionando conflictos mayores que los que tratan de resolver. Se les nota la inmadurez, la inexperiencia de Estado, la ambición de figurar y el deseo de sentirse poderosos, todo lo cual trae como resultado decisiones inadecuadas para la marcha del país. Ellos creen que están por sobre el Estado y, ciertamente, sobre el gobierno. Incluso más, hay quienes creen que u conflicto entre la Contraloría y el gobierno es un conflicto entre “poderes del Estado”.
¡Qué venga gente joven, pero que no se vayan todos los viejos!
La verdad es que eso es algo muy bueno, pero no porque sean jóvenes, sino porque de ellos se espera que tengan ideas nuevas, procedimientos y estilos diferentes, otras prioridades y que todo ello ayude a que las decisiones sobre políticas públicas sean cada vez mejores.
Pero este tema de la edad, cronológica y mental, no tiene un solo sentido, sino que debe ser analizado con ponderación. Porque hay funciones para las que se requiere no sólo conocimientos y cursos de posgrado, sino también ponderación, sabiduría y experiencia. Y eso se consigue generalmente entre personas mayores. Por supuesto que hay otros que creen que por ser mayores - no estoy pensando sólo en Valdés – tienen derecho a decir cualquier cosa, como si no tuvieran responsabilidades políticas que emanan justamente de sus trayectorias, de sus liderazgos y de la deuda contraída por ellos con el pueblo y el partido que los llevó a las posiciones de conducción y de poder. Hay personas que deben saber retirarse, a riesgo de dar espectáculos lamentables. Creo que el ejemplo de Reagan en Estados Unidos puede ser muy orientador.
Ministros jóvenes, con alguna experiencia y con mucha audacia. Genial. Subsecretarios algo menos jóvenes y con experiencia en el estado, pues deben administrar en su calidad de jefes de servicio. Genial. (Y por supuesto que los subsecretarios jamás subroguen a un Ministro, invento de la época militar propio de los regimientos pero no de la política).
Poder a “jóvenes ambiciosos” a cargo de organismos como el Consejo Superior de Educación, el Consejo para la Transparencia, el Tribunal Constitucional o la Contraloría es un error gravísimo, pues en esos organismos se necesita ponderación, prudencia, sapiencia, inteligencia y experiencia. Los hechos actuales demuestran que estas personas que hoy ejercen esos cargos no han tenido ninguna de esas características, salvo inteligencia, ocasionando conflictos mayores que los que tratan de resolver. Se les nota la inmadurez, la inexperiencia de Estado, la ambición de figurar y el deseo de sentirse poderosos, todo lo cual trae como resultado decisiones inadecuadas para la marcha del país. Ellos creen que están por sobre el Estado y, ciertamente, sobre el gobierno. Incluso más, hay quienes creen que u conflicto entre la Contraloría y el gobierno es un conflicto entre “poderes del Estado”.
¡Qué venga gente joven, pero que no se vayan todos los viejos!
jueves, octubre 08, 2009
No puedo responder
Muchas personas escriben en el blog y dicen querer comunicarse, pero no indican sus datos.
Así, no puedo responder.
Por eso, mejor doy mis datos: jaime.hales@syncronia.cl y teléfono 2640516.
http://www.syncronia.cl/
Así, no puedo responder.
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