miércoles, enero 02, 2008

Sigamos con bellas noticias

No voy a referirme a la expulsión de Adolfo (no Hitler) de la DC.
Pues me siento muy contento esta noche.
Por una iniciativa de Fernando Vigorena, el alcalde de Ñuñoa Pedro Sabat propuso que la calle Eduardo Domnoso pasara a llamarse Alejandro Hales. Donoso fue el funcionario de Chilectra que hizo el loteo y él mismo definió que una calle llevara su nombre.
Mi padre vivió en esa calle, en esa casa nació su tercer hijo (que fue hija), vivió el triunfo de Ibáñez, tuvo su primer nombramiento de Ministro de Estado, jugó al fútbol con nosotros, trató de enseñarnos a andar en bicicleta, nos llevó a la calle a ver el mayor acercamiento del planeta Marte a la Tierra en 1954 y desde allí partió a Bolivia a desempeñar la embajada.
La calle es pequeña y está enclavada en uno de los sectores más tradicionales de Ñuñoa.
Los concejales Vergara y Monckeberg dijeron que Alejandro Hales merecía una calle más importante. Puede ser cierto.
Pero para Alejandro Hales no hay calles grandes nni pequeñas. Amaba a Ñuñoa y fue feliz en esas calles. ¿Es poco una calle igual a la del Presidente Pedro Aguirre Cerda, que es su paralela? ¿Es poco estar franqueado por Monseñor Eyzaguirre, el diplomático Suárez Mujica y el Obispo Crescente Errázuriz?
Es un honor para mí, como hijo suyo, saber que una calle en la que vivimos con mi padre hoy llevará su nombre. Y es un honor que la propuesta la haga el alcalde que fue su contendor, porque eso es un doble homenaje. Y es un honor que la iniciativa haya sido de un ilustre y galardonado vecino de Ñuñoa, hoy coferencista e ideólogo, ayer presidente del Club Condorito que nos cobijó como socios a los 4 y 5 años de edad y cuya sede era en esa misma calle.
(Por otro lado, las calles grandes nunca logra cambiar sus nombres, como por ejemplo Macul o Diagonal Oriente).
Agradezco a mis colegas del Concejo su voto favorable.
Me siento contento. Y esperanzado, porque estos gestos nos muestran que en política siempre puede haber algo más que las rencillas del poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Exhibido en una pequeña calle, más que en grandes avenidas con identidades tradicionales ya perpetuas permanecerá para siempre el nombre de ese gran hombre que fue tu padre.