He resuelto participar en las primerias de la DC, apoyando a
la senadora Ximena Rincón. La Democracia cristiana tiene el deber de presentar
as uno de los suyos a la primaria de la Concertación, fundamentalmente para
poner temas en el debate programático y, si es posible, que sea ahora un
presidente DC el que encabece el proceso de transformaciones para la nueva
etapa de Chile.
Ximena Rincón representa un cambio radical en la DC y una
propuesta nueva para el país. Excelente senadora, joven, dinámica, con ideas
claras y energía, asertiva, sabe trabajar en equipo y tiene la dosis de
ambición suficiente para querer llegar al poder, entendiendo que eso no es para
ella sino para el servicio de todos a través de ideas, proyectos y programas.
Por cierto, en su trayectoria ha cometido errores o ha toma
do rutas que, desde ciertos puntos de vista, pueden ser equivocadas. Gracias a
dios no es perfecta ni pretende serlo, porque de esos soberbios que creen
saberlo todo o que se autodefinen como tocados de los dioses estamos hartos.
Ximena Rincón, según en su web, tiene propuestas y cuando
llegue a las primarias, no sólo intentará ganar sino posicionar sus ideas de
reforma tributaria, profundización democrática, cambios profundos en temas de
salud, previsión y educación, para que ellas sean parte de un programa de
gobierno.
Los que creen que no tiene posibilidades deben saber que en
la política todos pueden llegar. Se pensó en algún momento que no llegaría una
mujer – menos socialista – a la Moneda; que no podría haber de nuevo un alemán
en el Vaticano; que nunca ganaría un negro en Estados Unidos o un indio en
Bolivia o una mujer demócrata cristiana (partido tan machista) en Alemania.
Pero ha sido así. Ella es una mujer joven, inteligente y capaz, a quien hasta
los democratacristianos deberán reconocer en sus méritos.
Me han gustado sus intervenciones en los debates, sin
desmerecer los aciertos de Orrego. Pero su propuesta es coherente con el
pensamiento DC de siempre, rescata lo positivo del pasado grande de los
fundadores, sin sentirse príncipe heredero ni mucho menos, sino sabiendo que el
pasado sólo sirve como desafío para construir en el futuro cercano la “patria
para todos” en la que llevamos décadas soñando.
Si Bachelet no viene – lo que siempre es posible – Ximena
representa una gran carta para que los seguidores de la ex presidenta recuperen
el encanto.
Estoy con Ximena Rincón e invito no sólo a los militantes,
sino sobre todo a los independientes a votar por ella el 19 de enero. La DC ha
abierto sus lecciones, para que el pueblo entero pueda pronunciarse y decir a
qué DC le gustaría ver en la confrontación democrática de junio.
Adhiero a su postulación con emoción, esperanza y optimismo.
Como no lo tenía desde hace muchos años.
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