viernes, julio 31, 2009

CLARIDAD DESDE YA

Marco no sabe, pero hay muchas cosas que me unen a él. Karen Doggenwayler me entrevistó en su programa matinal y quería saber del amor, porque había tenido una ruptura dolorosa. Le dije: tu enamorado llega pronto y te casarás con él. Y así fue a los pocos meses. El año 2007 anuncié la pronta irrupción en la política de un personaje que podría ser caracterizado como El Loco del tarot. Alguien que, viviendo desde la libertad personal, pusiera en jaque el orden de los partidos, irrumpiera como carta presidencial para introducir otros temas en la discusión, jugara solo. Sin duda ése es él. Y, tercero, quiero mucho a su tía Inés, admiré a su padre, su abuelo Edgardo y su tía abuela; y por el lado Gumucio a todos, sus abuelos, su tío santo y a su madre.
Lo he visto actuar y observo que efectivamente actúa como el personaje del tarot y ha producido esos efectos en la política. Pero también ha asumido los defectos: solitario y vanidoso, excesivamente autorreferente, sus ideas y sus discursos contienen más contradicciones de las prudentes (todos tenemos contradicciones), muy desordenado, pierde la calma con facilidad, es demasiado presionable y dubitativo.
Seré franco: no reúne los requisitos para asumir la conducción del Estado.
Me gusta que se haya alzado contra el orden, pero finalmente lo hace porque es hijastro de Ominami y tiene respaldos enormes. Su aventura no es tal. No es nuevo en la historia, es más de los mismos de la generación siguiente, pero nada indica que su palabra puede de verdad ser renovadora. Son discursos livianos y prepotentes. Por ejemplo: él no propone una asamblea para cambiar la Constitución; ya tiene una Constitución enteramente redactada. Eso nos lo podemos permitir los intelectuales, pero no los políticos, que debieran escuchar más. Todo listo desde su mirada.
No me gusta la gente que lo acompaña – salvo su esposa que me parece un encanto – y ellos son los que darían sustento a un gobierno suyo.
El agrupa a muchos de los desencantados del mundo medio y alto, tal como lo hizo Max Neef hace 15 años. Esa aventura terminó muy mal, aunque el candidato haya sacado más de un 10% de los votos. Porque al final los solitarios juegan para sus propios intereses. Y así como uno se fue a Valdivia, el otro puede irse a París o a Quillota.
Su propuesta es una protesta. Me gusta eso. Siempre y cuando no sea una protesta autista, sino que retome la senda para evitar que gane la derecha. Porque no da lo mismo.

jueves, julio 30, 2009

SEGUIMOS ACLARANDO

No votaría por Piñera, por muchas razones, pero cualquiera de ellas se basta a sí misma.
La primera es porque está apoyado por la derecha más pinochetista y recalcitrante, que repite cada cierto tiempo algunas consignas que pretenden justificar no sólo el golpe de estado sino los atropellos de los derechos humanos. En eso no admito dos posturas.
Tampoco me gusta su avidez demasiado notoria, donde se confunden la franqueza con el descaro y un afán demagógico de acomodar la verdad a sus intereses.
Me gusta que sea inteligente, pero no que se crea el único inteligente. Por lo que hemos visto, él entiende como diálogo un acto en el cual él habla y los demás escuchan. Y eso en el gobierno puede ser complicado. En este tema, es como una versión aumentada de la soberbia de Lagos.
Un gobierno suyo devendría en autoritario pero en un régimen casi democrático, lo que lo obligaría a soportar la agitación o a reprimir. No sé por qué, pero me recuerda a los argentinos De la Rúa y a Alfonsín, grandes personas quienes parecían tenerlo todo para gobernar y que al ganar se hundieron.
No escucha, no dialoga, no pone atención a lo que los otros quieren, no reconoce errores ni defectos. No asume la verdad de frente y siempre tiene explicaciones, en las que juega con las palabras, como por ejemplo decir que fue declarado inocente cuando en realidad el caso fue sobreseído por faltar antecedentes.
Le temo a un gobierno suyo.

miércoles, julio 29, 2009

SIGAMOS ACLARANDO LAS COSAS

No votaría por Navarro, pues parece un fundamentalista y desconfío de eso.
Cuando la coherencia se convierte en obsesión, puede resultar dañina.
En todo caso, me gusta que él esté fundando un movimiento para hacer propuestas para el futuro. Ojalá siga en el debate por mucho tiempo.

martes, julio 28, 2009

ACLARANDO LAS COSAS

Jamás votaría por Adolfo (no Hitler, sino el candidato). No me gusta para nada. Creo que él y Girardi, son de los tipos que le hacen mal a la política.