INSÓLITO

Quedo estupefacto. Porque un chileno corriente podría pensar que luego de tantos años de gobiernos progresistas habría cierta protección para las personas que se van haciendo mayores. Pero cuando voy a la Isapre para preguntar cuanto será mi alza ya anunciada (no me puedo cambiar por las malditas preexistencias), me entero que POR EL HECHO DE CUMPLIR 60 años, evento acaecido en marzo reciente, mi plan sube casi el 47%. Es lo que llaman factor de riesgo. Casi me infarté, lo que habría incrementado transitoriamente cualquier riesgo y definitivamente los planes.
Pero esto no es tema de la institución, me explicó sonriente la bella enfermera administrativa, sino que está en leyes y reglamentos. La otra alza, la del 12 por ciento, me dice con su voz tierna, sólo se aplicará desde abril. Qué tranquilidad.
La lógica es ésta: mientras tus posibilidades de ingreso disminuyen y tus gastos aumentan y tus posibilidades de trabajo se ven afectadas, te cobramos más para que te mueras luego y nosotros ganemos en corto tiempo lo que hemos ganado contigo los años anteriores.
Eso no es lo que me deja estupefacto, sino la circunstancia que el gobierno y los parlamentarios lo apoyen.