jueves, mayo 28, 2009

APUNTES VARIOS

PELIGRO PARA LA SOCIEDAD
Mi amigo Juan Pablo Cárdenas ha escrito un nuevo libro, UN PELIGRO PARA LA SOCIEDAD, frase acuñada en las actas constitucionales inventadas por Guzmán como antesala de la Constitución pinochetista que nos rige para justificar las negativas a la libertad provisional de los procesados.
El epígrafe lo define como “un periodista que incomoda al poder”. Un abogado amigo, de aquellos que trabajamos por los derechos humanos en los años de la dictadura, me decía: “seguimos siendo de esos que respetamos a los pobres, quienes nos quieren; y confrontamos a los poderosos, que nos miran con desconfianza o molestia”.
Y eso es así.
Leer a Juan Pablo es revivir con su pluma tantos hechos de los fuimos protagonistas los que participamos de los múltiples proyectos destinados a luchar por los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Leer a Juan Pablo es, para el que no fue protagonista, sino víctima, observador o un simple chileno que debió sobrevivir en la cotidianeidad, encontrar un panorama de ciertas verdades, un enfoque diferente del cuento que nos cuentan siempre. Pero Cárdenas no sólo escribe de las épocas de la dictadura, sino que va dejando ciertas pistas para comprender a los personajes de esta mal llamada transición.
Juan Pablo Cárdenas no tiene vacilaciones ni pelos en la lengua (como el libro de Tito Mundt), golpea sin piedad y no se detiene ante nada. Con cierta ingenuidad nos habla de sus premios y de los homenajes que recibió, dejando en claro la importancia de su liderazgo en el periodismo criollo.
Yo le agradezco que lo haya escrito y espero que siga en esa línea.
Es un libro que se lee fácilmente, entretiene, instruye, orienta.
De lo que no cabe duda es que los tipos como Juan Pablo incomodan a los poderosos.
Hay que comprarlo, regalarlo, comentarlo. Nos puede hacer bien en un año de elecciones, para saber cómo decidir, a sabiendas que no hay buenos ni malos, sino algunos que se portan mal. O todos se portan mal alguna vez.
Pero el libro deja una huella silenciosa de esperanzas, mientras la verdad no pueda ser callada ni por dictaduras ni por las parodias democráticas.


MURIÓ PEPE
Pepe López era un mexicano totalmente mexicano, con cara de mexicano, voz de mexicano y sueños de mexicano. Enfermo hace diez años de esclerosis múltiple, luchó contra la enfermedad y logró, en forma sorprendente, detenerla.
Siguiendo a sus hijos, se vino a Chile, compró una preciosa casa en Isla Negra y, aceptando estoicamente las limitaciones que le imponía la enfermedad, comenzó a montar planes y proyectos para desarrollar. Así lo conocí. Soñaba con volver a producir teatro, una vez que la enfermedad lo alejó de la economía y de las funciones de gobierno. Me propuso una loca idea: hacer obras de teatro basadas en el zodíaco, que tuvieran una puesta en escena que incorporara al público.
Nos entusiasmamos, conversamos, intercambiamos cartas, nos visitamos, soñamos y logré avanzar en los libretos y los contactos.
El martes último, murió de pronto, sin aviso previo, sin programa, sin producción alguna. Pidió agua, la fue a buscar su asistente y al regresar lo encontró muerto en la silla, según la descripción que hace Rafael su hijo.
Los hijos entristecidos hicieron un funeral en silencio. Me enteré del hecho porque unos amigos publicaron que Pepe, alias José Eduardo López La Torre, murió sin advertencias ni quejas
Cumpkiré mi promesa. Yo le dije que le prestaría el epitafio que acuñé para mi propia muerte:
Aquí yace Pepe López, a quien la muerte lo sorprendió mientras vivía.

martes, mayo 12, 2009

CLAUDIO HUEPE

Hoy murió Claudio Huepe.
Solo, paseando por Caracas, su querida guarida de exilio y embajada, cayó víctima de un corazón sobre exigido.
Pero murió en lo suyo: viajando en actividades polìticas, construyendo espacios para la nueva sociedad en la que soñó y por la que luchó durante mucho tiempo.
Tengo en la memoria esa imagen de Claudio, en las cercanías de la Biblioteca Nacional, enfrentando con serenidad y convicción la violencia policial que casi lo llevó a perder un ojo.
Tuvo cargos, fue elegido por el pueblo, seleccionado por presidentes para desempañar funciones de alto rango.
Gran amigo, enamorado de la vida y del amor, no fue perfecto, pero fue un hombre con el que siempre se podía contar.
Deja un vacío.
Espero que allá arriba se le dé un banquete como el que él merece, con buenos vinos y jueces indulgentes.

jueves, mayo 07, 2009

GRACIAS ÑUÑOA

Ayer, 6 de mayo, la comuna de Ñuñoa celebró 115 años de existencia.
En una sesión solemne, el Concejo Municipal en acuerdo unánime otorgó diversas distinciones a los vecinos destacados y concedió la calidad de CIUDADANOS DISTINGUIDOS a tres ex concejales, entre los que me cuento.
El gesto me emocionó, no sólo porque fue unánime - votación cada vez menos común en ese Concejo - sino porque jamás busqué reconocimiento alguno.
Lo que eso produce es reforzar mi compromiso con la comuna y sus habitantes, no ya para ser candidato, sino para colaborar en las tareas que a diario hay que emprender por mejorar la condición de vida de las personas e impedir que las decisiones externas perjudiquen la acciòn comunal y municipal.
Muy agradecido.